A ti te confieso mi amigo r2d2, en las largas horas de travesía, contemplando constelaciones desconocidas y extrañas formaciones de nebulosas, a ti te confieso, mis miedos y mis soledades.
A ti te confieso mi viejo, a ti me refiero, tu chapa ovalada gira automatizada y tu respondes con tus alegres silbidos.
Ahí estás siempre compañero, en el desierto, en los gélidos y fríos parajes de Andrómeda en las persecuciones entre asteroides, reparando disparadores láser, bobinas, mamparos de cubierta y conductos de refrigeración.
Ahí estás siempre mi hermano metálico, proyectando su imagen holográfica, junto a mi mientras el piloto automático nos conduce de nuevo hacia el reencuentro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Qué te ha parecido? ¿Qué piensas? Tu opinión es importante.