martes, 22 de abril de 2014

Carta a los escribas.

Además... amigos escribas, tengo que comentaros otra vivencia que hace que estos días me encuentre bastante perdido y confuso en este desierto virtual proximo a Sión: tuve un encuentro intercultural con un karateka guineano, cinturón verde, que fué a ofrecerme amablamente toda la oronda bola "color cacao" de su enorme pie derecho, una planta del pie, en perfecto ángulo de inclinación, lanzada a unos 100 kilómetros por hora, contra mi sumisa y humilde persona, hasta estamparla directamente contra el lado izquierdo de mi labio superior, en una extraordinaria patada circular, un excelente “mawashi geri” hecho realidad, como si hubiera sido dibujado con un mágico tiralíneas por un dios invisible y realizado y llevado a cabo por el guerrero afro-japonés con una ejecución perfecta, inverosímil, digna de un largo y merecido aplauso. (Lease apluaso, con el labio torcido).


Parezco Ester Cañadas en versión masculina, pero sin nada de silicona, parezco un extraño ser invertebrado, de extraños labios, oníricos, Dalínianos. Mis labios son una terrible hinchazón motivada quizás por una alergia (alergia a las patadas en la cara).


Pero bueno, mi aspecto físico no es quizás lo que más me preocupa, ya sabéis que lo físico, és fútil, temporal, tan sólo un espejismo, sino realmente lo que me hace padecer es el hecho de que mis labios – de momento- no me sirven por dar ningún beso a mi Amada, eso sí, a mí si, se me pueden dar besitos, suavemente, con delicadeza, dosificandolos, con cuentagotas... de Amor.


El mareo que me ha acompañado durante 2 días, y sobre todo las ganas de vomitar, si que debe ser serio. Ya que deduzco que la posibilidad de que esté embarazado es muy reducida, puesto que cada mañana yendo al lavabo, compruebo de manera táctil que continúo siendo un hombre y - por el momento- la posibilidad de reproducirnos los hombres a nosotros mismos es de cero (supongo que la naturaleza es muy sabia).


He llegado a la conclusión que el mareo y las ganas de vomitar fueron posiblemente el residuo de una pequeña conmoción cerebral... (si se le puede decir pequeña a una conmoción en el cerebro, por muy pequeño y desaprovechado que yo lo tenga).


Ahora me encuentro con un ligero dolor de cabeza pero el labio continúa sobredimensionado.


Algunos Fariseos, me comentan que con los Romanos, y demás ocupantes de nuestra Tierra Santa... no se puede bajar la guardia, que le ofreces tu mano y en cuanto dejas un hueco te colocan la planta del pie.


Más yo os digo hombres de poca Fe, este jueves volví al dojo a entrenar con él y le ofrecí de nuevo, la otra mejilla...


Ahora ya tengo todo el labio simétrico. Aunque ahora un tanto más inflado.

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