Las cucarachas acostumbran a ser especialmente
repulsivas para la mayoría de los humanos, ahora bien para mí no lo son en
absoluto ¿qué ocurriría por ejemplo si algún día yo mismo fuera una rata enorme
y peluda? Esa extraña mutación o reencarnación no es probable pero si es
posible. Que sucedería si la filosofía budista sobre el karma y el camino de
superación a través de múltiples vidas fueran acertados, si esos calvitos
tibetanos tuvieran razón. ¿Mi vida actual sin duda pecaminosa y llena de actos
impuros me conduciría a renacer en el futuro -espero que lejano- en forma de
roedor bigotudo?
Entonces en mi nueva vida encontraría las cucarachas, como
lo que seguramente son, o debieran ser; un exquisito plato, nutritivo,
crujiente, con proteínas, pigmentadas con un atractivo color negro brillante
que le otorga la mejor de las presencias, además de variadas texturas
crujientes para el paladar y lo más innovador, sería un excelente plato en
movimiento. Tiembla… Ferran Adrià.
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